viernes, 5 de marzo de 2010

ARTIMAÑAS DE UNA PLANTA - Aristolochia baetica

El otro día me tope con un plantita bastante curiosa por la forma de sus flores y que en ese momento no recordaba su nombre. Lo que sí sabía es que parecía una aristolochia y que tenía sus tallos enredados entre la vegetación acompañante de la que sobresalían sus curiosas flores que le daban a la planta una pinta de carnívora que no vea.
Una vez que llegué a casa consulté la bibliografia y pude confirmar que era aristolochia baetica que se la conoce vulgarmente como candilitos. A esta planta se la suele ver por aquí florecida de finales de otoño a principios de primavera y no se distribuye muy lejos de nosotros, ya que sólo la podemos encontrar en la zona sur de nuestro país y en parte de Levante.

Su curiosa flor se inicia en una abombada base y continúa por un alargado y curvado tubo terminado en una prominente abertura final

Esta planta utiliza una serie de artimañas muy curiosas para asegurar su reprodución. Por un lado, sus flores desprenden olores fictios para así atraer a los insectos, y por otro, poseen en su tubo de ingreso una serie de hileras con pelos rígidos orientados hacia su interior que una vez el insecto penetra les impide su salida al exterior. La flor en ese momento sólo tiene madura su parte femenina y por tanto se llena de polen que el insecto trae de otras plantas consiguiendo así su fecundación. Una vez fecundada y que las anteras han soltado el polen sobre el insecto, esos rígidos pelos que les impedía su salida ahora pierden fuerza y permiten la salida del atareado insecto para que así continue con su labores en otras plantas.

Aquí podéis apreciar claramente esos rígidos pelos de los que os he hablado

¡¡¡Curiosa y preciosa flor, si señor!!!