Así, cada año me he ido especializando un poco más, al principio recogia los moluscos de mayor tamaño, más fácil de ver, pero con el tiempo he ido recogiendo los más minusculos, tanto que algunos no llegan a los 2 milímetros. Claro que para eso tuve que adoptar la tactica de recoger primero la arena y luego en casa con lupa y pinzas ir separando lo que me interesaba de la arena playera. Vaya paciencia ¡no!, pues para mí es un disfrute.
Posteriormente se va determinando el material extraido utilizando primero alguna lupa y sobre todo en el caso de las especies más minúsculas empleo una lente binocular; todo ello complementado con abundante bibliografia sobre clasificación de especies de nuestras costas.
Una vez catalogado se etiqueta el ejemplar, se le pone su nombre cientifico y el vulgar si se conoce, así como su lugar de procedencia, su tamaño y su recolector. Posteriormente se almacena en algun sitio protegido y que sea fácil de observar.
Continuará.......