Cuando la sequía veraniega llega a Doñana son muchas las especies que buscan agua y alimento en tierras vecinas, por lo que no era extraño que me encontrara a pequeños grupos de ciervos o gamos, así como con otros animales que solía sortear las vallas del Parque Nacional y introducirse en la zona de Entremuros donde gracias a la aportación de caños y canales facilitaban que la vegetación y el agua aguantaran más la sequedad del verano.
Hasta no hace mucho tiempo la gestión del Parque Nacional y la del Parque Natural de Doñana estaban en manos distintas. Actualmente ambas pertenecen al Espacio Natural de Doñana. En la fotografía de abajo podéis apreciar la separación física que existía entre ambos sobre el terreno.
A todo el mundo le encanta cuando la marisma tiene agua pero a mí me impresiona más cuando no la tiene y me quedo sin palabras observando el infinito marismeño.
Si os fijais bien podeis ver en la fotografía de arriba a unos cérvidos perdidos en la inmensidad de las marismas. ¡¡¡Oye, no se parece un poco a Africa!!!
2 comentarios:
Efectivamente parece el Kalahari y esperemos que no se convierta en un desierto.
Saludos
si la verdad es que es una pena ver tanta desolación.
Saludos
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