Observar ese blanco refleja sensaciones de pureza y luminosidad que me hacen comprender el ritmo y equilibrio de la naturaleza y el paso de las estaciones.
En ocasiones me he encontrado con verdaderos paisajes nevados de un color blanco inmaculado causado por las plumosas semillas de diferentes especies de populus (chopos) que me han hecho sentir libre y aliviado de esa presion tan machacona que nos va oprimiendo el corazón poco a poco causado por el estres de esta vida que llevamos.
Veta Adalid, en pleno corazón marismeño. La marisma se recubre de miles de flores blancas que ayudadas por un cielo inundado de multitud de nubes blancas dan sensaciones que merecen la pena vivir

¡¡¡En fin, que os recomiendo unas sesiones terapéuticas en blanco !!!